En este post quiero hablar de personas que he encontrado en este camino de la cerámica. Este año por la pandemia he seguido a mucha gente que trabaja como yo, y que se ha conectado con otros formando comunidad. En el año 2020 hubo un seminario de Inside Pottery desde México donde me quedó muy claro que uno no esta sólo y eso me llenó de ánimo.

Primero fue en el taller Arcillamas (@tallerarcillamas), donde conocí a las primeras personas que me dieron luces de este hermoso mundo de la cerámica. La profe es la María Paz Valenzuela, que ha hecho de este taller un lugar para crear, olvidarte de la rutina y conocer nuevas personas que te entregan valor. Participé en este taller 5 años y conservo momentos preciosos con mis queridas Cata, Norka, Dani, Patita, y MaPaz. 

Luego mis inquietudes por querer aprender me llevaron a Limache a la casa de la Cultura donde conocí al profe Pato Riquelme, una eminencia de la cerámica local. El profe Pato me enseñó a tornear en un torno patero gigante, la primera vez que trabajé con ese torno regresé a Villa Alemana a buscar a mis hijos al colegio con todo el cuerpo adolorido, pero con grandes satisfacciones.

En el 2019 comencé a participar en un taller en Valparaíso, de cerámica Diaguita, Quincha Quintil (@quinchaquintil), lamentablemente pude ir muy poco pues comenzaron las manifestaciones por el estallido social, lo que me dificultó el traslado y después vino la pandemia... pero quiero hablar de este taller, porque me llenó de un sentimiento más puro, con la tierra, con los que nos precedieron... Daniela y Hugo a quienes admiro y quiero, son un matrimonio admirable, que tienen este taller de cerámica tradicional y cultura Diaguita, con el sistema de trueque y el infaltable mate compartido. 

En el taller Arcillamas también conocí en una jornada de Raku que se hizo hace unos años, a dos mujeres bacanas que me han ayudado mucho y nos hemos, de a poco, hecho amigas en este caminar. Todo partió porque ellas sabían que yo tenía un horno pequeño y me preguntaron si podían venir a verlo, luego me invitaron a Puro Gres que se hizo en Santiago y posterior a eso yo tenía que llevar una pieza a una muestra que la revista Esteka realizó en Providencia, y cuando les comenté, se ofrecieron a acompañarme pues ellas querían ir a la casa del ceramista.

Y así han pasado dos años en que nos juntamos a conversar de la cerámica, cada una con sus propios proyectos, pero unidas por la arcilla, lo que vamos aprendiendo lo compartimos porque eso hemos aprendido, hay que compartir, nos hemos dado cuenta que cuando lo haces se retribuye un montón de vuelta... me gusta ser parte de esta amistad que se ha ido agrandando y a pesar de que no nos juntamos tan seguido como quisiéramos, las ganas y la conexión están ahí siempre. Ellas están haciendo cosas super choras en cerámica. Catarina Schmid con su trabajo en @loica_ceramics y Marta Bustos (@martabespinoza) con proyectos súper interesantes.

A principios del 2020 conocí a Marco Camaño (@artistamarcocaamano), hombre generoso que me hizo ver que tengo que descubrir, qué hay en mi interior, me dio las primeras luces y ejercicios de la escultura, que frenamos por este encierro, pero que me ayudaron a ver que puedo trabajar siempre un poco mejor.

Y por último sólo para este post, quiero nombrar a don Óscar y al Seba Hidalgo (@hornoshidalgo), porque la primera vez que me contacté con don Óscar, él no me había vendido el horno que yo tenía, pero alguien me había dado sus datos y lo llamé con la esperanza de poder aprender a programarlo, él fue tan amable, tan dispuesto sin notar el tiempo, me enseñó a usarlo y sin esperar retribución... luego con la compra de mi horno más grande, su hijo Sebastián me ha ayudado más allá de los temas del horno, hasta con el Instagram! Que la vida les retribuya toda la buena onda y la preocupación que han tenido conmigo. 

Yo por mi parte, espero seguir conociendo gente así de buena, gente que te llena de ese deseo de continuar, que te nutre y te hace sentir que ¡ todos somos comunidad!.

Paulina GI